Hola mamá...
Hoy he
escuchado tu voz por primera vez, y he golpeado tu vientre con mis pies. Nunca
te he visto la cara, pero yo sé que es como tu voz: limpia y clara, torrente de
luz y esperanza.
Gracias mamá...
A ti, al cielo,
que me dejáis vivir aquí en tu seno. Y luego quererte afuera como te quiero
dentro.
Sabes mamá...
Hoy te oí otra
vez. Discutías con alguien de ronca voz, y después llorabas por mí. Diciendo
que yo sería un estorbo para los dos.
Que tal mamá...
Aquí estoy otra
vez. Te he escuchado de nuevo discutiendo con él, pero sin llorar. Y empiezo a
pensar que estáis de acuerdo... y no naceré.
Quizás mamá...
Tengas tú
razón. Tú sabes de estas cosas. Tú haz vivido y yo no. No voy a estorbar.
Te juro mamá...
Yo querré por
igual a los dos. Creo en Dios y en ti. Pero he notado un pinchazo, me dolió y
sé que al fin, ya no estorbaré, ya no te veré, bañado en sangre sé que me iré.
Adiós mamá...
Rezaré por ti,
desde aquí te perdono, aunque nunca te vi.
Me marcho
mamá...
La sangre me inunda, sé que
ya no podré hablarte más, más, más...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario