miércoles, septiembre 30, 1998

Las cosas no se dan

Las cosas no se dan como uno quiere, a veces se vuelven contra ti, todas las cosas, y otras veces hasta las personas. Las ganas de encontrar un poco de paz, de que te dejen tranquilo, que simplemente te dejen, por fin, morir a tu manera.
En pocas oportunidades me he sentido bien, hace poco en una clínica creí que estaba cumpliendo un deseo escondido hace mucho, es lo de morir a los veinticuatro, ahora tendré que esperar hasta diciembre para ver si se cumple mi profecía, o como quieras llamarlo.
La universidad no era lo que pensaba, otra vez no pude completar este proyecto. A lo mejor esto de la enfermedad es un pretexto para seguir siendo un fracasado y seguir lleno de frustraciones que me hacen tan mal que no tengo ganas de luchar, de hacer nada, de no pensar, no sé que más poder hacer porque las cosas se han vuelto muy, pero muy difíciles para mí, esta frustración no la había sentido nunca antes. Algunas personas dicen que tengo volver a luchar, conservar el pensamiento optimista que tuve alguna vez, que tengo que recuperarlo, y cosas por el estilo. Ojalá se pudiera comprar.
Las cosas no funcionan por más que luches, a veces. Ahora último estoy pensando que necesito pensar bien sobre mi vida y para eso tengo que vivir solo, necesito un poco de soledad literal, que nadie esté conmigo, necesito volver a caminar, pero solo esta vez. También necesito recordar cómo soñar, alguna vez lo hice aunque no me acuerdo que tan fácil era. En alguna parte de mi mente, de mi corazón, de mi alma debe estar escondido, perdido, esperando volver a nacer, volver a extender sus alas y volar como si ya no existiera este hoyo negro en mi universo. Creo que estoy tratando de conseguir un poco de paz interior para poder salir de este mal.
Cuánto necesito sentirme bien con cosas simples, ni siquiera estar buscando sentirme bien, así de simple, así en el momento, que sea instantáneo. Quisiera ser feliz por un rato siquiera, yo, no sé... ¿Cuántas veces he dicho no sé en este rato?. No sé nada, ésto se nota, es cosa de leer un poco de ésto, no sé nada, no sé que decir, no sé que pensar, no sé que gritar, no sé a dónde ir, no sé si llorar. Cuando estaba en la clínica, cuando estaba separado de todo, me hizo todo eso tan bien. Hace tanto tiempo que no sentía esa tranquilidad, no sé si feliz, pero por lo menos con un poco de paz, de esa que llaman paz interior, que me cuesta mucho encontrar. De hecho al salir de ahí, de nuevo todo llegó a mi cabeza, las frustraciones, decisiones que hay que tomar y que “no quiero” tomar, simplemente porque tengo miedo de decidir nuevamente. Lo peor de todo, que es mi patética vida la que está en juego y para variar no sé que mierda hacer con ella. Es como si cayera un edificio sobre mí, me siento pequeño, de nuevo sin ganas de nada, hecho de menos todo, el sentirme bien, casi no lo recuerdo.
A veces, creo que hago ésto para que alguien le escuche y que me ayude, pero no quiero, a la vez, que alguien solucione mi vida, eso lo tengo que hacer yo, pero es lamentable que no tenga ninguna arma para hacerlo, ya no las quiero, no quiero una maldita arma para seguir luchando. Sólo quiero morir tranquilo como si fuera una maldita rata, nadie lo va sentir. Sólo quiero desaparecer. Y que nadie se dé cuenta de eso. Tengo un montón de esta malditas cintas y es sólo para no botarlas que pongo estas estupideces en ella. Como siempre, toda la vida, son tan solo pretextos para no hacer otras cosas. Ah! Quisiera oír en este momento. Tal vez si me concentro puedo hacer que lata más lento este cansado y apestado corazón, hasta que se detenga, por fin.
Este año ni lo he notado, las preguntas ¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?, Que malo es tener sólo preguntas y casi nunca respuestas, sólo tendré alguna de ellas, una en un millar. Ya ni siquiera me siento bien conmigo mismo, ¿acaso, no se nota?.
Me duele tanto todo ésto, el pensar me hace daño, el recordar. Me siento como un viejo sin ganas de hacer nada, con la creencia de que hiciste de todo y que no tienes nada, con el sentimiento de que ya no puedes hacer nada más, que las cosas son así. La mediocridad en vivo y en directo. La mediocridad hecha hombre. Ese estúpido soy yo, y eso es lo gracioso cuando nunca pensé que yo lo sería. Parece que escupí mucho al cielo, demasiado. Si tan solo hubiera algo que...
Con todo ésto estoy buscado que me pueda desahogar sin afectar a nadie. No me gusta que noten que estoy jodidamente mal. Y a veces pienso, para qué me preocupo de esconderlo, si total a nadie le interesa.
Esta noche los pensamientos no tienen sentido. El silencio me aturde, pero no para dejarme inconsciente, es solamente que me clava una gran angustia en el alma. Mi cuerpo trata de alejarse de mí, como si ya estuviese aburrido de este inconformista que quiere muchas cosas pero que no consigue ni siquiera por un momento realizarlas.
Sé que soy un pesimista, que no sabe qué hacer con su patética vida, que cree arreglar el mundo con su manera de pensar pero que no puede, o no quiere, ordenar su propia vida. Todo ésto se vuelve un fastidio. El dormir parece una leve cura para no pensar.
Siento el reloj alejarse por momentos, pero luego toma un sonido que hiere en los oídos, y quiero gritar escupiendo el alma. Ya no sé qué es bueno o malo, sólo que estoy viviendo esta noche, que estoy pegado entre estas sábanas que me aprisionan tanto que me da la impresión que no puedo moverme, que al final de cuentas son mis ataduras. Lo peor de todo ésto, es que también estoy consciente de que puedo levantarme cuando quiera y gritar todo lo que me diera la gana.
Es una tontería pensar en lo malo de la vida una y otra vez, pero lo hago casi por costumbre, no me doy cuenta cuando empiezo a lamentarme por lo que debería haber hecho y también de lo que hice mal. Es raro cuando pienso en cosas agradables, uno no valora estas cosas, yo lo hago, a veces, para sentirme bien por un rato, aunque me cuesta mucho el comenzar.
Trato de dormir, pero las imágenes siguen apareciendo como si se tratara de una película sin un final. A veces, no tengo claro que parte de las imágenes son realidad, tal vez pueda ser alguna película que vi alguna vez, quizás sean tan solo un libro que leyendo guarde en mi inconsciente, o también está la posibilidad de que sean sólo sueños que alguna vez tuve en una noche parecida a ésta.
Por ejemplo, veo que están asaltando en una tienda, él se da cuenta de eso y entra a la tienda para simular que va a comprar, pero el asaltante se le acerca amenazándolo con el arma, él reacciona rápidamente y le empuja el brazo botándole el arma al suelo, él lo patea y forcejean. Hay dos más en la tienda y lo persiguen dentro de un auto él corre primero en una moto donde después se da cuenta que no avanza porque tiene pedales, y se ve obligado a pedalear. Pero la calle está en bajada y se da cuenta que ya no tiene pedales y que tampoco tiene frenos porque no tiene donde tenerlos, es porque está en una patineta.
Otro sería, que estaba en una mesa larga de madera donde yo estaba en la mitad mirando algunos papeles como lo estaban haciendo también los demás. Si, porque habían por lo menos seis personas más, en donde discutían de lo que había en esos papeles. Recuerdo que había un ventanal grande, sin cortinas, y que gracias a eso me di cuenta que era de noche.

martes, septiembre 29, 1998

Soy

Preguntas que hacerse en la mañana, y al llegar la noche, de nuevo acostado mirando el techo, pensando si ya se respondieron esas preguntas, problemas, dilemas. Hace unos meses que me estoy haciendo la misma pregunta y no sé todavía responderla.
Va a ser como antes, y eso es lo peor. Una especie de... no sé, puede ser una depresión, pero es porque estoy bajoneado, como que estoy vacío. Aquí suena el pecho, y no se escucha nada, solo un eco.
Falta algo, no hay nada que me llene, nada. Estoy pensando en estudiar para llenar la cabeza de cosas. Para no tener tiempo de pensar en nada. Estoy haciendo varias cosas, aprendiendo cosas nuevas. Todo ésto es para no sentirme tan mal, este vacío en la boca del estomago, también en el pecho, también...
De hecho todavía no sé por qué deje correr esta cinta una vez que empecé a hablar. Estoy haciendo tiempo para que termine de hacer lo que estaba haciendo. Estoy mirando la puerta para que no se den cuenta en lo que estoy. Tal vez lo que quiero es que lo escuchen algunas personas. Estoy aburrido de algunas personas que me rodean. Y necesito casi desesperadamente sentirme bien.
Como decían algunas amigas, soy un aburrido, aunque también me han dicho que soy un autista, otras veces que no disfruto el momento, y si lo hago es muy poco. Ahora que lo estoy diciendo yo, me estoy dando cuenta de la gran verdad que me decían, sobre todo en lo de autista...
Parece que mi forma de mirar les molesta a algunas personas, a lo mejor, no es que les moleste sino que les incomoda porque se nota que me doy cuenta muchas veces de los que les pasa, adivinando que piensan o cosas parecidas. Parece una tontería pero muchas veces a algunas personas les adivino lo que van decir o qué van a hacer.

lunes, septiembre 28, 1998

Recuerdos de 1992

Hoy es de esos días en que crees que todo va a salir bien, que no saldrá nada mal. En lo que ha pasado del día no he podido trabajar tranquilo porque me interrumpen a cada rato para hacerme consultas sobre lo que hago. Yo no sé, si se han puesto de acuerdo para eso, o qué. El día que había empezado muy bien se ha transformado en un día que terminó muy cansado por todas las cosas que tengo que hacer.
En estos días ya no estoy a gusto en este trabajo, creo que ya no voy aprender nada más de las personas que me rodean aquí en el trabajo. Eso me hace sentir mal porque ya no me siento cómodo como antes, cuando recién llegué estaba con todas las ganas de aprender, ahora creo que ya no me pueden enseñar más. Bueno, ahora me estoy llevando mal con mis compañeros, hace poco me mandaron a supervisar el sistema computacional que estamos haciendo con (lenguaje) Clipper a la Bodega de Materias Primas. Así que ahora no me siento para nada cómodo porque me siento ajeno a este lugar. Aunque tampoco me siento muy cerca del Departamento de Informática al cual pertenezco.

Recuerdo cuando recién llegué a este lugar, me llamó por teléfono un amigo de uno de mis primos, él me dijo que le había dicho al jefe que yo andaba buscando practica profesional de programador, coincidió que necesitaban un practicante. Me dijo que fuera a ver si me resultaba porque me iba a entrevistar su jefe para ver si me dejaba, me dijo la dirección, me dijo que lo ubicara allá y me explicó donde quedaba más o menos porque yo no tenía idea donde era, a pesar de que quedaba relativamente cerca de mi casa.
Bueno, fui, llegué allá y me encontré con este amigo, se llamaba Klaux Muñoz, me llevó a las oficinas donde estaba el jefe, se llamaba Juan Pablo Vega. Hablé con él, entre otras cosas me preguntó si me gustaba programar, yo le contesté que sí, pero que ayudaba a mis compañeros en el liceo a programar y que poco había programado solo. También me preguntó qué había hecho en computadores, le dije que había programado en Basic, Cobol, Dbase, y Clipper y que hacia algunos informes para mis amigos que estaban en la universidad. Entonces me preguntó en que me gustaría programar, le contesté que en Clipper porque era más fácil y mejor que Dbase y que Cobol porque era muy lento para programar. Me contestó que programaríamos en Clipper, así que volviera al día siguiente porque empezaba la practica. En eso me enteré que era una fábrica de zapatos, la marca era Calzados Tobago.
Empecé digitando en un sistema que había hecho Klaux para llevar registro de facturas y guías de despacho de ventas y estuve más o menos tres semanas en eso. Encontraron que digitaba rápido así que me dieron para digitar otras cosas como facturas y guías de despacho de compras, además de las ordenes de compra que traían los vendedores externos.
Después compraron los lenguajes de programación Clipper, Excel, Word y pude empezar a hacer algunos programas chicos. Después Pablo diseñó en un Diagrama de Flujo todos los movimientos de la fábrica, para luego empezar a programar. Me tocó programar todos los informes del sistema, además de las ordenes de compra para la bodega de materias primas. En un principio se me dificultó hacerlo, pero después no me costaba nada y me demoraba poco tiempo en terminar cada informe.
Un martes fui a buscar unos computadores nuevos que la empresa había comprado gracias al Pablo que demostró que con mejores computadores se haría mucho más rápido terminar el sistema. El día jueves terminamos de traer todos los computadores, además de comprar la red Nobell para el servidor. Mi computador nuevo era mucho más rápido del que tenía, además ahora tenía disco duro e impresora para mí.
El día lunes, al acercarme a la entrada de la fabrica me di cuenta que estaban todos afuera, lo cual no me extrañó porque casi siempre el día lunes llegaba atrasado el encargado de las llaves. Pero al llegar a la puerta me di cuenta que algunas de las mujeres estaban llorando y todos miraban por un costado de la fabrica. Fue en ese momento que me di cuenta que estaban las murallas de la fabrica quemadas.
Busqué a Klaux y se me quedó mirando sin decirme nada. Le pregunté qué había pasado, y me respondió con la voz entrecortada que el día sábado en la madrugada se había incendiado. Sentí algo en el estomago, no sabría como describirlo. Klaux me dijo que si quería llorar lo hiciera porque la mayoría había llorado ya antes, incluyéndolo a él. Le dije que no era para tanto, pero que igual lo sentía. Fuimos a ver cómo había quedado todo, la parte del galpón donde se trabajaba en los zapatos estaba todo mojado, solamente, pero la parte donde estaban todas las oficinas, se habían quemado todas.

sábado, septiembre 26, 1998

daño...

... Perdón por la interrupción de recién, pero tal vez por ser primera vez estoy iluminado, todas las frases, todo lo que tengo acumulado ¡quiero botarlo, quiero desecharlo!
Tal vez después, mañana, amanecerá un día más optimista, ¡Ja!, Me siento mal, me siento pésimo al mentirme.
Y siguen sonando estas canciones, a veces hasta les creo versiones en español. Por lo menos yo sé que la mayoría de las que me gustan hablan de cosas que se van, o más bien de personas que se van. Me di cuenta que hablan de la muerte, o de uno que es el que se va y deja a otros sufriendo. Entonces duele.
Todas hablan del daño que a uno le causan, “tú me hiciste sufrir...”, o cosas así, pero son pocas las que dicen: “disculpa, perdóname, por hacerte daño”, -“fue sin querer...”- podría agregar, si es que realmente fue sin querer, claro está.
A veces uno no se da cuenta del daño que puede llegar a hacer. Yo sé que les he hecho daño a distintas personas con mi manera de ser, de pensar. Aunque a veces hago cosas por instinto, por sentirme bien en el momento. Lo malo está en que me arrepiento después... Y eso si es algo de qué arrepentirse, no hay que hacerlo nunca. Tratar de solucionar las cosas tal vez, pero nunca arrepentirse, ya no se puede hacer nada, ya es tarde, arrepentirse es demasiado fácil.
... Por último, conversar con alguien, con quien no lo haya hecho nunca. Poder contarle cosas que ya le haz contado a otras, pero que no te han puesto atención. A lo mejor, te toman en cuenta, te escuchan, pero no saben qué decirte porque les complica la vida. Más encima los complicas con “tus problemas”. Cuando cada uno tiene que complicarse con sus propios problemas y solucionarlos. No esperar que los demás los solucionen por ti. - Yo trato de solucionarlos, pero como dije antes “soy un mediocre”. Pienso -“Tengo un problema, no sé como solucionarlo”- pero como muchos, digo - “No, quizás mañana se disuelve solo. A lo mejor, aparece la solución y no exista el problema ya. Mejor me voy a acostar, me quedo dormido (si es que puedo) y así, mañana por la mañana cuando abra los ojos, no me acuerde que tenia un problema”. Aunque puede que esté todavía, o tal vez tenga uno nuevo para aquel día.

viernes, septiembre 25, 1998

nadie escuchaba

“Me di cuenta que nadie escuchaba. Quizás, imaginé que alguien, allá afuera. En fin, un día desperté y comprendí que jamás sería normal. Y dije -
¡Maldición, que así sea!”.
Ésta es una parte de “Suban el Volumen”, es una película donde trabaja Christian Slater y donde él crea una radio pirata que transforma en su confidente, donde puede decir lo que se le antoja, los demás jóvenes de la escuela se identifican con él, lo envidian, lo miran como un líder.
Por esa película me compré una grabadora. No sé, a lo mejor, me estaba volviendo loco, o seguía siendo un pendejo creyendo que podía hacer lo mismo que en las películas, o tal vez me pareció una buena idea para decir lo que siento. No sé a quién... No, ni siquiera sabía si se escuchaba bien esa cosa. Creo que por ahí están guardadas las cintas, eran más de 20, creo...
"A veces, quisiera gritar, llorar, mandarme cambiar. Reírme de lo patético que puedo llegar a ser. Aunque a veces, creo que van a escuchar leer estas tontas palabras cuando un día decida tirarme al metro, o quizás me suba al último piso de un edificio para comprobar que no puedo volar. Todavía no sé por qué digo todo ésto, a lo mejor para escucharlo más rato y borrarlo después, para tratar de no dejar tantos silencios. La verdad es que si es para mí o para alguien más, es la pregunta que me da vueltas en esta cabeza. Aunque no creo que sirva de mucho, podría ser que alguien se dé cuenta que hay algunas personas que se sienten igual a los veinte y tantos años, y que creen que no han logrado nada. Salir del colegio y pensar que se ha hecho ya todo, y que se siguen deseando cosas que no pueden lograrse siempre.
Mientras escucho una canción de Leonard Cohen, la que sale al final de Natural Born Killer (Asesinos por Naturaleza), cuento los cassettes que tengo y me sorprendo al saber que tengo cerca de 80. De los cuales no tengo memoria como para saber que cresta de música tiene cada uno de ellos.
Ahora me preguntó -¿Qué estoy haciendo aquí? Sigamos todos como estabamos, matémonos... Hasta morirse lo encuentro mediocre. Me da rabia la gente que piensa así, que se cree que desea morirse...

jueves, septiembre 24, 1998

Estoy aquí

Aló, ¿ hay alguien ahí?, ¿Siguen todavía?. Bien, por lo menos hay alguien, yo estoy aquí. Todavía no me abandono...
“...En las horribles casas en que todos vivimos...”. Esa risa, tan irónica como la suelo tener. Para variar, escuchando la misma película que he visto ya más de veinte veces.
Quiero gritar, no sé dónde hacerlo. Creo que si me pusiera a gritar en la plaza o en un parque creerían que estoy loco o volado. A veces, quisiera hacerme el loco diciendo estupideces, que me lleven a la locademia y una vez que esté ahí me llenen de drogas en la cabeza, que se experimenten con mi cabeza. Quizás para darme cuenta que hay algo acá en la mente, que no la tengo vacía, y que está funcionando bien.
Tengo rabia, tengo rabia de mí, creía que todos eran unos mediocres y que yo era, por lo menos, un poco inteligente, que... no sé. Esperaba que la vida me diera mucho más, siempre supe que las cosas hay que lograrlas y que uno no puede pedirlas de regalo. Pero me estoy dando cuenta que soy igual a todos los estúpidos que conozco, que lo único que esperan es que termine el día, y luego el otro, y nada más. Se quedan en lo mismo. Eso estoy haciendo ahora. Quizás por eso estoy tratando de estudiar, para tratar de sacar un titulo, por lo menos tener más plata, por lo tanto comprar cosas que no están a mi alcance ahora.
Ahora que lo pienso, quiero cosas materiales, quiero viajar, quiero irme de aquí. Donde nadie me conozca, donde empezar de nuevo, donde aprender de nuevo. Total, siempre me he valido por mí mismo. Tuvo que ser así, no dependo de nadie, no me siento responsable de nadie...

sábado, septiembre 12, 1998

Soledad

A recorrer me dediqué esta noche
las solitarias calles de mi recuerdo.
Acompañado de la dama soledad,
única amiga que me queda.
Todo es como entonces,
aunque el tiempo lo a inundado todo
con su difusa niebla.
Nunca pensé, un instante siquiera
volver a ver aquello,
pero ahora que he vuelto
no comprendo cómo pude alejarme.

Cuando la imagino más lejana
es cuando está más cerca.
Algo me dice que no es más
que una ilusión.
Un sueño sin orilla,
una pequeña nube pasajera.
Seguí mi viaje,
me detuve para ver lo de entonces y lo de ahora,
no distingo ninguna diferencia,
siempre la misma luna en mi cabeza.
¿Cuánto tiempo ha pasado?,
no podría decirlo con certeza.
Todo está igual, seguramente...
Sólo que lo he borrado todo.