A recorrer me dediqué esta noche
las solitarias calles de mi recuerdo.
Acompañado de la dama soledad,
única amiga que me queda.
Todo es como entonces,
aunque el tiempo lo a inundado todo
con su difusa niebla.
Nunca pensé, un instante siquiera
volver a ver aquello,
pero ahora que he vuelto
no comprendo cómo pude alejarme.
Cuando la imagino más lejana
es cuando está más cerca.
Algo me dice que no es más
que una ilusión.
Un sueño sin orilla,
una pequeña nube pasajera.
Seguí mi viaje,
me detuve para ver lo de entonces y lo de ahora,
no distingo ninguna diferencia,
siempre la misma luna en mi cabeza.
¿Cuánto tiempo ha pasado?,
no podría decirlo con certeza.
Todo está igual, seguramente...
Sólo que lo he borrado todo.
sábado, septiembre 12, 1998
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