Estaba en un liceo, era como una sala grande en que estaba un curso sentado en bancos individuales, lo sabía porque estaban todos uniformados, las niñas con blusa blanca y falda gris y los muchachos con pantalones negros y camisa blanca. Estaba buscando una sala con alguien que parecía mi compañero, él entró a una de las salas que estaba en una de las puertas que rodeaba esta sala, yo no quise entrar, él abrió la puerta y se encontró con la sorpresa de que eran sólo niñas, pero sólo se dio cuenta cuando ya estaba dentro de la sala y lo empezaron a molestar. Yo estaba afuera riéndome y moviendo la cabeza asintiendo lo tonto que era él mientras le cerraba la puerta a su espalda. Dentro de la sala se sentía como lo molestaban y que le pedían besos o cosas por el estilo.
Yo seguí caminando rodeando la sala grande y miré a unas niñas que estaban sentadas y que también me miraron, para que no me dijeran algo abrí una puerta de vidrio de derecha a izquierda, era de corredera, que estaba a mi lado y cuando me disponía a entrar me di cuenta que era una sala chica de esas para conserje, esos que hacen aseo, porque habían traperos, ceras, paños sucios, y cosas así, las niñas que estaban allí se rieron y yo también mientras le decía - eso me pasa por reírme de mi compañero, ellas me dijeron que sí.
En eso aparece un profesor que mira donde estoy parado y grita - ¡qué está pasando ahí! -, yo me agacho y tomo un cuaderno de las niñas y hago como que estoy escribiendo, se acerca un poco y me dijo - usted joven salga de aquí -. Yo le respondí que yo no estaba haciendo nada y él me dijo de nuevo que saliera. Le entregué el cuaderno y el lápiz a la niña y ella me dijo - No me anotó tu número de teléfono. Yo le respondí que no pensaba que lo quisiera, entonces me devolvió el cuaderno para que lo escribiera y el viejo me volvió a decir que me apurara en salir. Yo le dije a la niña que después se lo daba porque sino la podrían retar a ella también, que me lo pidiera afuera en el recreo si me veía, ella me mira con un poco de desilusión creo, mientras iba saliendo le decía que yo la iba a esperar para dárselo, en eso mi compañero estaba recién saliendo de la sala mientras le tiraban cosas.
No sé cómo me caí, creo que me tropecé la cosa que estaba en el suelo, estaba semi inconsciente pero mientras me reponía me di cuenta que estaba sobre mi lado izquierdo y también que estaba rodeado por personas y por un joven que parecía médico, por lo menos estaba con un delantal blanco. Y le pregunté que me había pasado, y él me respondió que - ¡Vas a tener una guagua!, - ¡Qué!, Le respondí extrañado, mientras me miro la panza porque me había desabrochado la camisa el médico, y le digo - ¿Cómo, si no se me nota?.
Al parecer no me extrañó que yo, siendo hombre, iba a tener una guagua, lo que me extrañaba era que no se me había notado. En eso me da un gran dolor en todo el cuerpo, inmediatamente el médico me baja los pantalones mientras me decía que iba a nacer en ese momento. ¡Qué!, Le respondo nuevamente casi desesperado. Lo veo tirarse las mangas del delantal hacia arriba y me mete la mano por atrás. Siento la sensación de la mano dentro de mí, y luego mete casi completo el brazo, después de un momento lo empieza a sacar... ¡Desperté!
lunes, octubre 12, 1998
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